Ouvrez vos yeux, le monde est là.

miércoles, 3 de abril de 2013

Mar-y-posas.

         Había olvidado lo que era esto. Lo que era soñar despierto, lo que era emocionarse cada vez que ves alguna novedad en el móvil de esa persona, lo que era imaginarse con ella abrazado, sintiendo su respiración, su latido de su tierno corazón, su olor. Lo que era pensar en momentos que no han sucedido aún y que quieres que sucedan, con toda tu alma y con vosotros dos como protagonistas claro, pero no como los protagonistas de esas historias que se olvidan rápidamente cuando acaba la película o pasa un mes desde que te terminaste aquel libro que tanto decías que te había enamorado, sino protagonistas de esas historias encantadas, pero no de las que dan miedo, sino de las que se forjan día a día, conversación a conversación, risa tras risa y sonrisa tras sonrisa.

         Había olvidado el sentir que quieres compartir algo más que una amistad con alguien, pero algo mágico y duradero, nada de fugaz, porque para fugaces ya están las estrellas, y esa persona les gana con creces fácilmente en todo. Había olvidado el querer volar para ir siempre donde esté y que no se sienta sola;  y aunque parezca imposible cada vez es más factible. ¿El qué? Lo de volar, porque estoy aprendido gracias a esos bichitos que viven en mi estómago. Mar-y-posas.



                                    ``El dolor solo hay que aguantarlo, esperar a que se vaya por sí solo y a que la herida que lo ha causado cicatrice; no hay soluciones ni respuestas sencillas, solo hay que respirar hondo y esperar a que se calme.´´